El carbón activado es un ingrediente de origen vegetal que se obtiene principalmente de maderas como el bambú o cáscaras de frutas como el coco. Estos materiales se calientan a temperaturas muy altas (aproximadamente entre 400 y 700 grados) en condiciones específicas de concentración de oxígeno. El resultado final de este proceso es un material microporoso, el carbón activado .
 Entre sus mejores propiedades está su capacidad para absorber impurezas y toxinas sin penetrar en la piel, por lo que se utiliza generalmente en productos destinados a la limpieza y purificación de la epidermis.
 Los principales beneficios del carbón activado para la piel incluyen:
 Propiedades antibacterianas y antifúngicas, cruciales para eliminar las bacterias. Inhibe el crecimiento de bacterias y destapa los poros, lo que ayuda a acelerar el proceso de curación del acné y algunos trastornos de la piel.
 Limpieza profunda de los poros: debido a sus principales propiedades adsorbentes, actúa como pegamento o imán para las microsustancias, atrayendolas hacia la superficie. Esto hace que el carbón activado sea esencial para personas con piel grasa y congestionada.
 Absorbe el exceso de grasa de la piel y equilibra la producción de sebo: sus propiedades adsorbentes dejan la piel libre de obstrucciones, lo que hace que los poros produzcan menos grasa para eliminar las impurezas.
 Reduce el tamaño de los poros eliminando la suciedad que los obstruye.
 Proporciona una exfoliación suave: su textura ligeramente arenosa lo convierte en un exfoliante agradable. La exfoliación es crucial en un régimen de piel saludable, ya que ayuda a eliminar las capas de piel muertas y opacas.
 Mejora la luminosidad y equilibra el tono y la textura de la piel, dando al rostro un aspecto más saludable.
 Rejuvenece la dermis.